Dos anécdotas madrileñas del año 1938
Dos anécdotas madrileñas del año 1938. Unos amigos míos entraron en una taberna y vieron unos trocitos blancuzcos nadando en una salsa. Mis amigos —matrimonio y una hija de cinco años— estaban hambrientos, cosa corriente entonces; se echaron y devora...