Legumbres y verduras que cada día se gastaban en la casa de Felipe III
(Según una nota del cocinero de Palacio, encontrada por don M. Herrero-Gracia)
«Si por la uña se conoce al león», juzgue el lector la cantidad de viandas de mayor calibre que se consumirían en una cocina donde las hortalizas alcanzaban las siguientes proporciones:
«Lo que en la Potagería de Su Majestad se gasta cada día es lo siguiente:
»Primero: Para potagería, cinco arrobas de repollos o calabazas o habas, y si se dan berzas, diez docenas de ellas.
»Segundo: Ocho docenas de lechugas cada día.
»Tercero: Un costalillo de perejil.
»Cuarto: Dos docenas de manojos de yerbabuena.
»Quinto: Doce a diez y seis horcas de cebollas.
»Sexto: Ocho horcas de ajos.
»Séptimo: Si se dan de potagería berenjenas, cincuenta docenas.
»Esto es un cuanto a la verdura, y si Su Majestad tiene algún huésped o da de comer a las monjas de la Encarnación, que son muchos días del año, es menester doblar todo lo dicho. Y cuando Su Majestad está en El Pardo, El Escorial y Aranjuez, se toma el recado siempre para dos días, porque no pueden ir cada día las acémilas.
»En tiempo de criadillas son menester las siguientes cada día para el Rey y estados[127]: treinta y seis libras de ellas, sin las que suelen dar a algunos mayordomos de Su Majestad, para ellos y otras personas que se las piden.
»Espárragos, cuatrocientas a quinientas manadas cada día.
»Limones, sesenta cada día[128].
»Naranjas, cuando las hay, otras tantas[129]».
En cuanto al vinagre, según certifica un tal Jerónimo de Quincoces, se gastaban unas cincuenta cántaras al mes.