Historia de los macarrones (Macaroni)

María Mestayer de Echagüe
«Marquesa de Parabere»

Historia de los macarrones (Macaroni)

Según las viejas crónicas, el verdadero inventor de los macarrones fue un sabio alquimista llamado Cicha, durante el reinado en Nápoles y Palermo de Federico de Suabia.

Como suele suceder casi siempre, el inventor no supo aprovechar su invento y fue una mujer, llamada Jovanella de Cancio, la que lo explotó y se llevó la fama.

Tanto éxito tuvo el nuevo manjar de macarrones a la italiana, a tanto llegó su fama, que Federico de Suabia quiso probados; le gustaron, quedando encantado; otro tanto hizo la familia real; tampoco los cortesanos quisieron ser menos, y los macarrones quedaron consagrados. Pronto se divulgaron en Nápoles, en seguida por Italia entera y al final por todo el orbe.

* * *

Italia, y más particularmente Nápoles, es la patria de los macarrones; los condimentan casi siempre a base de queso y tomate y son unos artistas enrollándolos en el tenedor y comiéndolos sin que resbalen fuera. Se puede decir que los lazzaroni napolitanos se nutren casi exclusivamente de macarrones, higos, ajos y agua helada.

En Francia, sabemos que los macarrones los dieron a conocer Catalina de Médicis y su séquito florentino, cuando vino a desposarse con el futuro rey Enrique II, pero no obtuvieron éxito.

En España, seguramente los trajeron las huestes que constantemente combatían en Italia y los gobernantes que tuvimos luego, y sobre todo los príncipes de la Casa de Nápoles que eran Borbones y que constantemente entroncaban con nuestros reyes.

Donde la cocina italiana tiene muchos adeptos es en Londres; los restaurantes italianos siempre fueron numerosos y apreciados. Pero donde los macarrones tienen más devotos es en la Argentina, por la enorme emigración italiana que, pese a su actual nacionalidad argentina, conserva, por tradición, mucho apego a su cocina de origen.