Capones

María Mestayer de Echagüe
«Marquesa de Parabere»

Capones

Fueron los nativos de la isla de Cos los que enseñaron a los romanos el arte de cebar los capones.

Toda Roma se dedicaba a la cría de aves de corral: en jardines, patios y cercados. Ese enjambre armaba un guirigay tal que no dejaba dormir al cónsul Cayo Canio, el cual promulgó un decreto por el que prohibía la cría de aves de corral a domicilio. Pero hecha la ley, hecha la trampa, y ¿qué dirán que imaginaron los romanos para burlarla? Pues caparon los gallos para que no cantaran y los criaron como gallinas.

Debemos, pues, los capones de Navidad a la prohibición que el cónsul Cayo Canio hizo a los romanos de tener gallineros a domicilio.