Alimentos importados de América y Asia
Nota
No llegamos a convencernos de que alimentos tan populares como las patatas, los pimientos, el tomate y bebidas tan corrientes como el chocolate, el té Y el café los conozcamos y los aprovechemos tan sólo desde pocos siglos acá. Pues no hay que creer que, porque se descubriera América a vuelta de carabela nos pusiéramos los españoles a deglutir patatas pimientos y chocolate; nada de eso: primero fue importar la semilla, luego convencer al labrador y más tarde al comprador…; y pasaron así varios siglos, y si mis lectores tienen paciencia para leerme verán cuánta más paciencia aún hubieron de desplegar los descubridores de los nuevos alimentos hasta vulgarizarlos.
Las patatas, sin ir más lejos, para que las comieran los franceses fue necesario que pasaran hambre (pérdida total de las cosechas de los años 1816 y 1817).
Y lo mismo ha sucedido con el plátano, que de fruto exótico y poco apreciado ha pasado a alimento vital, sin el cual no pueden ya criarse nuestros niños. ¡Cada indigestión que he visto proporcionar a mi alrededor a infelices criaturas, a las que les ponen un plátano en la mano cuando apenas levantan cabeza!
Y si protesto las nuevas mamás me dicen que no entiendo de esas cosas. Sin embargo, he tenido ocho hijos, y éstos viven. Bueno, será por casualidad.
No soy detractora del plátano, pero me parece que, al igual que el tomate y las espinacas, las ponen un poco demasiado a «todas las salsas»; pero siempre fue así. Ya surgirán otras sustancias alimenticias que derrocarán a éstas, transformándose en panacea, y así sucesivamente… ¡Cuando leo que la famosa marquesa de Sevigné (siglo XVIII) se curaba el reuma con essence d’urine!… Bien es verdad que asegura que lo tomaba a gotas. ¡La creo!